¿Qué es la caza a diente en mano y cuáles son sus características?
El refranero cinegético recuerda que «quien caza sin perros, anda por los cerros», y aquellos que deciden practicar este arte sin la inestimable ayuda canina entienden por qué. Rastrear es una aptitud innata para determinadas razas caninas y una habilidad de difícil aprendizaje para el cazador más talentoso. Modalidades como la caza a diente en mano invitan a explotar todo el potencial del mejor amigo del hombre y obtener piezas de ensueño sin realizar un solo disparo.
Para los más avezados, la caza no es inseparable de las armas de fuego, lo que se hace evidente en disciplinas como la cetrería, la caza con perros de madriguera o la caza a diente en mano. En esta última modalidad, un cazador o grupo de cazadores realiza la batida sin armas de ninguna índole, en compañía de perros que rastrean, acechan y capturan a la pieza de forma coordinada y estratégica.
Como indica su nombre y aclara esta definición, la caza a diente en mano combina las ventajas de las modalidades a diente y en mano. Así, los cazadores no emplean sus rehalas para levantar las piezas, sino que los canes desempeñan un rol decisivo en su obtención. El número de perros de caza está limitado a tres por persona, cifra que puede incrementarse sólo con dos canes menores de 18 meses de edad. Ocasionalmente, se veta al galgo en las rehalas. Estas limitaciones varían de acuerdo con la legislación vigente y las normas de gestión cinegética en las distintas CC.AA.
Esta modalidad de caza menor es particularmente apta para la captura de conejos y liebres. La caza de conejos a diente presenta, entre otros alicientes, la oportunidad de valorar la importancia del perro como elemento potenciador y enriquecedor de la cinegética, que perdería parte de su gracia y disfrute sin estos fieles compañeros.
La caza a diente en Extremadura y otras comunidades autónomas no debe confundirse con otras disciplinas de nombre y/o características similares, como la caza al salto, mano sobre mano o mano a la andaluza. Baste señalar que en estas y otras modalidades se permite el uso de armas de fuego o accionadas por aire u otro gas comprimido; las jaurías se limitan aquí a asistir al cazador en las labores de rastreo, de muestra y de cobro.
Otras modalidades de caza animal contra animal en ascenso
Cazar a diente en mano supone dar un respiro al rifle o escopeta que tan bien nos ha servido en cientos de batidas y aventuras y conceder todo el protagonismo a la rehala. Pero esta modalidad de animal contra animal, por así denominarla, no es la única que permite ahorrar en cartuchos, sin renunciar al resto de ingredientes que dan sentido a una partida de caza.
La cetrería figura entre las alternativas más conocidas. Consiste en el adiestramiento de aves rapaces (gavilanes, cernícalos, halcones y búhos de diversas especies) para la caza de animales terrestres y de volatería. Su origen se remonta a la época medieval, y en tiempos recientes Félix Rodríguez de la Fuente y otras personalidades nacionales cultivaron con éxito este arte centenario.
Por su parte, la caza con perros de madriguera pone a prueba las habilidades de rastreo del cazador, que deberá localizar los cubiles, pajares y otros refugios de cuadrúpedos como el conejo, el zorro e incluso el tejón —que pese a no ser especie cinegética y estar prohibida su captura, puede atraparse accidentalmente durante estas batidas—. En esta modalidad se utilizan mayormente los perros de razas pequeñas, valientes y ágiles, como el foxterrier, el perro vienés o teckels y el terrier alemán, principalmente.
En particular, el galgo y el hurón son poderosos aliados del cazador, y la caza basada en el uso de cuadrillas de estos animales ha demostrado ser un método eficaz de localizar y capturar liebres, conejos, zorros y demás piezas cuando permanecen agazapadas en campo abierto u ocultas en sus respectivas madrigueras, es decir, donde el rifle y la escopeta no pueden llegar. Con los medios autorizados y evitando introducir al hurón en la madriguera equivocada, esta modalidad puede ser tan gratificante como la caza a diente en mano.