
Todo lo que necesitas saber sobre la caza de corzos en Guadalajara
El rececho de especies en España es una de las modalidades con mayor seguimiento. Juntamente con el jabalí y el macho montés, el corzo es el trofeo más buscado por los recechistas y Guadalajara, un escenario privilegiado por su orografía propicia y por la densidad de sus poblaciones corceras. De hecho, la provincia manchega alberga una de las mayores concentraciones de corzos de la Península.
La caza de corzos en Guadalajara es una tarea ardua, sigilosa y físicamente agotadora, sobre todo en zonas de montaña, como El Cardoso. Se realiza a través de recechos y esperas, lo que significa que el éxito depende de la paciencia de sus practicantes, cuyas jornadas transcurren entre siembras y retazos de monte, a la espera de que el ‘duende del bosque’ entre en su campo de visión.
Justo es reconocerlo: la belleza inherente del corzo agrega valor al rececho. Este cérvido de pequeño tamaño, formalmente denominado Capreolus capreolus, se distingue por su voz bronca, una mirada intensa y un tupido pelaje gris, adornado con una mancha blanca en el escudo anal. Cuenta con astas con tres puntas que muda entre noviembre y diciembre. No sorprende, pues, que los cotos de corzos en Guadalajara sean un destino habitual del aficionado al rececho.
Dónde y cuándo cazar corzos en Guadalajara
El rececho, uno de los principales tipos de caza, se diferencia de otras disciplinas en la mayor relevancia del sigilo y la necesidad de adoptar estrategias y tácticas frente al oportunismo y la habilidad del tirador, que también están aquí presentes, naturalmente.
Si atendemos al conteo de piezas, el rececho es una modalidad ingrata. Pero este bajo índice de capturas no preocupa al recechista, pues como el pescador con mosca, valora el desafío que plantea esta disciplina y el ‘buen sabor’ del proceso puede ser una recompensa en sí misma. La analogía no está fuera de lugar: si la trucha arcoíris está catalogada como uno de los peces más difíciles de atrapar, el corzo es un trofeo igual o más desafiante.
Con todo y eso, las sierras y montes de Guadalajara suelen a premiar a este perfil de cazador, por el volumen elevado de poblaciones corceras que la habitan. Las perspectivas de caza son particularmente buenas a comienzos de la primavera.
Y es que la mejor época del año para el rececho del corzo en Guadalajara es entre primeros de abril y mediados o finales de octubre. En especial, el celo de este mamífero alcanza su cenit en los meses de julio y agosto, con una intensidad variable que depende de la meteorología y las horas de luz solar, principalmente.
La localización y seguimiento del corzo es indispensable para obtener trofeos únicos. Esta provincia abarca nada menos que 12.190 kilómetros cuadrados, y es lógico preguntarse dónde se disfruta de mejores oportunidades de caza.
En este sentido, una de las zonas corceras más recomendadas es la parte norte de la Serranía de Cuenca, que corresponde a la provincia de Guadalajara y que es hacia donde se ha distribuido este cérvido desde el Sistema Central en décadas recientes. Los bosques alcarreños y el Señorío de Molina son otras comarcas donde abundan los corzos.
Por otra parte, la caza del corzo a rececho se beneficia en Guadalajara de una circunstancia infeliz para los agricultores: la sobrepoblación de hembras. En los últimos años, la expansión de este preciado cérvido ha sido imparable por el territorio guadalajareño. Pese a contribuir al boom de licencias de caza en la provincia (un 11% en 2022, según la Asociación de Titulares de Cotos de Caza), este desequilibrio ecológico supone un peligro para otras especies y un aumento del riesgo de enfermedades, algunas perjudiciales para los propios corzos. Un claro ejemplo es el parásito Cephenemyia stimulator, que infecta al 40-50% de estos cérvidos. Para el presidente de la Asociación Española del Corzo, Florencio Markina, «la caza es la única forma de combatir el parásito».
Como quiera que sea, no hay mejor escenario para cazar corzos en España que las tierras de Guadalajara, un paraíso donde los haya para los entusiastas del rececho y del ‘duende del bosque’.