Hunting area: Ávila
Cazar en Ávila.
El arte cinegético se disfruta con especial intensidad en Ávila, un destino de gran popularidad entre cazadores nacionales e internacionales. En los valles, encinares y sierras de este paraíso silvestre convive una vasta diversidad de especies animales, incluyendo los ‘trofeos’ más deseados por los aficionados a la caza.
Famosa por su patrimonio histórico y cultural, Ávila deslumbra igualmente por su naturaleza, su biodiversidad y su oferta de cotos y refugios de caza. Con más de 16 mil licencias federativas, la actividad cinegética en tierras abulenses aporta un valioso granito de arena a los 500-600 millones de ingresos que genera al año este deporte en Castilla y León.
Ávila, donde la caza se convierte en pasión
Ávila es más que murallas, y su majestuosa geografía lo demuestra en cada municipio: más de 230 kilómetros cuadrados de encinares, bosques de coníferas y otros ecosistemas mediterráneos, sin mencionar las sierras de Gredos, de Béjar y de la Paramera.
Estos y otros tesoros naturales enriquecen la caza en Ávila. Su diversidad realza el atractivo de todas las modalidades de caza mayor y menor. Sobresalen por su valor cinegético el ciervo, el gamo, el jabalí, el muflón y el macho montés de Gredos, emblemas vivientes de su fauna y de su patrimonio natural.
Estas especies se suman a un conjunto más de 400 especies, repartidas en una veintena de parques y reservas naturales, incluyendo comarcas tan ricas en historia y biodiversidad como el Valle del Tiétar, La Moraña o el Valle de Amblés.
Gastronomía abulense, un ‘mordisco’ a la tradición
Cazar en Ávila es un gran pretexto para disfrutar de su arte culinario, un arte mayúsculo que alcanza las más altas cotas de excelencia. Su larga tradición ganadera y los manjares pesqueros del río Adaja y del Tormes inciden admirablemente en la carta de sabores abulenses.
Y es que los paladares más exigentes no quedarán decepcionados. Una cacería en Ávila permite descubrir platos tan típicos como las patatas revolconas, la sopa castellana, el cocido y los garbanzos morañegos, los judiones del Barco de Ávila, la monda de Mombeltrán o las yemas de Santa Teresa, sin olvidar el icónico chuletón a la parrilla, irresistible reclamo de la gastronomía abulense.
De ahí que Ávila conquiste a no pocos aficionados al arte cinegético. Raro es el cazador que no vuelve para repetir esta experiencia, que de la mano de Pro Hunting Spain alcanza una espectacularidad sin igual.
Llevamos 10 años dedicados a nuestros clientes, como una firma de viajes referencial para cazadores nacionales, que nos eligen para disfrutar de este y otros destinos incomparables, ya sea en familia, con amigos o en solitario.
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