¿Cómo se hace la taxidermia? Descubre los secretos de un arte milenario

27/10/2023
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Aunque los egipcios y otras civilizaciones antiguas ya practicaban la taxidermia, es una especialidad poco conocida y valorada que permite admirar y tocar animales naturalizados, generalmente con valor cinegético, como el jabalí, el ciervo o el zorro. La disecación también puede tener un fin cultural y académico, como el ejemplar de Raphus cucullatus (dodo) expuesto en el Museo de Historia Natural de Londres, Inglaterra. Pero ¿cómo se hace la taxidermia?, ¿qué herramientas y productos se utilizan?

Etimológicamente, la palabra ‘taxidermia’ proviene de las voces griegas taxis y derma y se define como el «arte de disecar los animales para conservarlos con apariencia de vivos», citando la definición del DRAE. Las técnicas utilizadas para el logro de este objetivo incluyen la retirada y curtido de pieles, el rellenado de órganos, el uso de químicos y sustancias que neutralicen la descomposición o la naturalización final de esqueletos.

Para inmortalizar especies cinegéticas, los taxidermistas —o disecadores, como los denomina tradicionalmente en España, mientras que en tierras galas y germanas son préparateurs y präparatoren, respectivamente— emplean una diversidad de herramientas y utensilios: escalpelos, pinzas, tenazas, limas, agujas, etcétera.

Debido a la pericia y dedicación requeridas, los precios de la taxidermia oscila entre los 80 y los 600 euros, dependiendo de la especie cinegética y la parte a disecar. Usualmente, se demandan cabezas, colmillos y/o cráneos de ciervos, jabalíes, muflones o corzos.

La rareza de la especie disecada empuja el precio por encima de los 1.000 euros. Así sucede con los ñúes, jirafas, hipopótamos, rinocerontes y otros mamíferos exóticos, si bien algunos son ilegales por su estatus de protección natural en España y otros países.

Del monte a la eternidad: pasos para disecar animales en taxidermia

La taxidermia de animales es un popular servicio para cazadores, asociaciones de caza y proveedores de materiales cinegéticos. Los métodos utilizados para ‘vivificar’ cuerpos que carecen de vida coinciden en lo esencial, con pequeñas y sustanciales variaciones, como el relleno utilizado para las vísceras. En cualquier caso, es vital que el taxidermista posea un conocimiento profundo en la anatomía del animal a disecar.

Paso 1: Retirado de la piel

Para disecar animales muertos, un primer paso consiste en despellejarlo con cuidado y precisión, practicando cortes en la zona trasera del animal con un cuchillo de hoja afilada. La piel del mamífero, una vez retirada, se limpia y se sala con sal no yodada y de deja secar, procurando siempre conservar intactas sus propiedades originarias.

Las aves, en cambio, agregan un problema más, la limpieza y cuidado de las plumas, la parte queratinosa más apreciada y característica de gansos, ánades, perdices, etcétera, que está enraizada a la piel.

Paso 2: extracción y vaciado de órganos

La labor del taxidermista continúa con la evisceración del animal, medida muy necesaria para detener la descomposición interna que agrega un desafiante factor tiempo al proceso. En concreto, los órganos se extraen y vacían, para su posterior rellenado, a fin de que el animal mantengan su morfología y volúmenes naturales.

En este punto, el taxidermista utiliza productos para disecar animales como los antisépticos, responsables de frenar la proliferación de microorganismos. También se emplean aceites inhibidores del mal olor y sustancias con creolina y nitrato de potásico para la limpieza y desinfección de las cavidades.

Paso 3: rellenado de órganos y cavidades

Preservar la morfología del animal depende del material de relleno de los órganos, material que varía en función de aspectos tales como la especie o la calidad deseada. Por lo común, el algodón sirve para rellenar los huecos y cavidades de menor tamaño; el serrín cumple una función similar y es popular en peces, siendo además económico, aunque menos recomendable por el riesgo de dilatación.

Este paso del disecado de animales también se realiza, en grandes mamíferos como el elefante, con ayuda del corcho y el musgo, debidamente esterilizado. Para el rellenado de aves, en cambio, se prefiere la estopa, también esterilizada.

Paso 4: montaje y naturalización del esqueleto

Por último, la ‘escultura’ del taxidermista quedaría inconclusa sin el montaje y unión de la estructura ósea y la debida naturalización de la pose del animal. Sin este paso, el espectador no tendría esa impresión de vida tan buscada por el maestro disecador, la percepción de estar ante un animal casi vivo. Este es el sentimiento general que experimentan quienes contemplan por primera vez un mamífero, pez o ave disecados.