4 consejos para cazar perdices, la reina de la caza menor

19/01/2024
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La cacería de perdices es una de las actividades más bellas y gratificantes que el cazador, solo o en compañía, disfruta entre los meses de octubre y marzo y muy especialmente desde enero, cuando se produce el celo de esta ave singular. Familiarizarse con sus querencias sobre el terreno, servirse del reclamo apropiado o auxiliarse con razas perdigueras figuran entre los mejores consejos para cazar perdices.

La perdiz roja (Alectoris rufa) se distribuye densamente a lo largo y ancho de la Península, sobre todo en la zona centro y sur, siendo menos abundante en la región atlántica. Su morfología rechoncha, apariencia gallinácea y andares graciosos pueden inducir a engaño, pues se trata del ave más desafiante para el cazador.

Y es que la reina de la caza menor es una pieza escurridiza y sus poblaciones, numerosísimas hasta el siglo XX, han menguado en ciertas regiones. Pese al declive de la patirroja, sigue constituyendo un trofeo muy preciado, emocionante como pocos, que siempre garantiza buenas jornadas al aire libre y mejores sabores en la cazuela.

Cazar perdices: 4 consejos útiles para una jornada provechosa

Localizar a la perdiz según sus querencias

La caza de la perdiz en España despierta pasiones, pero el rastreo y localización de sus bandos superfamiliares no es ‘presa’ fácil. Esta ave gregaria vive en grupos más o menos numerosos, de hasta 25 ejemplares, que prefiere las zonas abiertas con matorrales, pastizales y zanjas en las que guarecerse. Para el cazador, es indispensable identificar con la mayor brevedad dónde se encuentra el bando y cuáles son sus querencias; de lo contrario, la mayor parte de la jornada se desperdiciará en esta tarea, derrochando fuerzas que podrían restar calidad al tiro o precisión al seguimiento de la pieza.

Respecto a las inclinaciones naturales de la perdiz roja, estas dependen del clima, la hora del día o el ciclo reproductivo (el uso de reclamos acústicos es ineficaz pasado el celo, por ejemplo). Idealmente, la caza de perdices se desarrolla en días soleados, cuando reposan en sus dormideros a temprana hora, monte adentro o en zonas de labranza, con preferencia por los terrenos de leguminosas y cereales.

Adelantar el tiro con inteligencia

Por su rapidez y explosividad en vuelo, las perdices son verdaderas escapistas. Cuando se las levanta durante el ojeo, disponer de un buen swing y saber adelantar el tiro marca la diferencia. Además, la técnica debe adaptarse a la trayectoria del ave. No es cuestión de avanzar la mirilla sin más.

De elevarse frente al cazador o de pico, puede efectuarse un tiro limpio sin adelanto o bien cubrir parcialmente la pieza con los cañones, es decir, adelantando ligeramente la trayectoria de la bala.

Sucede con frecuencia, sin embargo, que el ave emprende un vuelo cruzado, pasando veloz de izquierda a derecha o viceversa. En esta situación, el adelanto del tiro a la perdiz será más acusado. La dificultad de acertar es proporcional a la satisfacción que experimentará el cazador en caso de hacer blanco.

Pointer o setter, siempre a tu lado

Dentro de las razas perdigueras, el setter y el pointer inglés descollan sobre el resto en opinión de la propia comunidad de cazadores. Y es que cualquiera de estos canes posee un instinto cazador muy acentuado y unas cualidades idóneas para la caza menor, como el olfato fino, el avance silencioso o la agilidad en el cobro.

Con el adiestramiento óptimo, estos peludos ayudantes incrementan el número y calidad de los lances, siendo una parte esencial en la modalidad de caza al salto. Además de estas razas, son recomendables el braco alemán, el springer spaniel o el perdiguero de Burgos.

El reclamo y su utilidad

Las perdices emiten un sonido característico, denominado ‘aguileo’, durante las primeras y últimas horas del día y que puede ser simulador con ayuda de un reclamo acústico o un ejemplar vivo. Esta modalidad de caza, alternativa al ojeo, consiste en esconderse en puestos estratégicamente ubicados, confiando en que las patirrojas más próximas acudirán al canto del ave de reclamo.

Para cazar perdices con reclamo, se recomienda cuidar la elección del perdigón tanto como del habitáculo en que se mantiene cautiva; si la jaula es demasiado evidente, las presas atraídas emprenderán la huida sin dar ocasión de tirarles.